El personaje de Altaïr vive en torno a 1191, durante la Tercera Cruzada. A pesar de que en el juego aparecen personajes y lugares reales, hay muchos anacronismos de fechas, justificados para la fluidez de la historia.
Índice de
la guía:
· Comienzo
· Consejos
Lo que sí que es cierto es que todos los personajes que debes eliminar en el juego fueron asesinados en su época.
La Hermandad de los Asesinos también existió, aunque como parte de una secta islamista y con fines más políticos que ideológicos. Se les conocía como Hashashin o nízaros y tenían su cuartel general en la ciudad de Masyaf (Siria), como en el juego.
Sobre la Orden del Temple, tampoco es cierto que fueran los malvados fanáticos que aparecen en el juego. Eran una Orden político-religioso-militar que, a primer golpe de libro, puede decirse que trataban de llevar el Cristianismo a Tierra Santa. Aunque empezaron como vigilantes de los peregrinos, fueron algo así como los “marines” cruzados de la época. Eran las fuerzas especiales de los Reyes, teóricamente “bajo mando del Papa”, pero con identidad propia y objetivos personales.
Buscando consonancia con el juego, sí que puede decirse que usaban la religión como “marketing” de la época, para alcanzar sus objetivos políticos, económicos e ideológicos. Tampoco es cierto que hubiese sarracenos entre sus filas. Eran una Orden cristiana en su totalidad, y Robert De Sable era su maestre en la época del juego.
La teoría de la transmisión del pasado en los genes sí que existe, aunque no en términos tan absolutos como en el juego. Se llama teoría socio-biológica, es una respuesta al paradigma órgano-genético, y afirma que lo importante es la transmisión de los genes a través de los individuos. Es decir, que vivimos con los recuerdos genéticos de nuestros antepasados, porque lo importante es que no se pierdan. Los organismos son sólo medios de transporte de genes.
Pero no entremos en demasiados detalles, porque la misión del juego es entretener y enganchar, más que dar una clase de Historia, ciencia, o iniciar un debate.
El juego deja bien claro desde el principio que el equipo de programadores es inter-religioso, para los más suspicaces. No obstante, estamos ante un juego y, por tanto, una ficción donde no cabe poner nada en duda.
Eso sí, un gran juego, con una calidad gráfica y sonora sorprendente; y con una historia enrevesada y que engancha desde el principio.
Ahora… Es hora de volver al pasado…
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