Prince of Persia Las Dos Coronas
Tras derrotar al Dahaka, el Príncipe regresa a su Babilonia natal en busca de paz y descanso. Un retorno contrario a lo esperado y que desatará su aventura más explosiva y original para cerrar la trilogía.
Cerrar una trilogía no debe ser nada fácil, y menos aún llegar a realizar tres videojuegos basados en un mismo personaje y sus habilidades especiales, tratando además de innovar y mejorar de una a otra entrega. Son muy pocos los títulos que lo hacen, y no me refiero a llegar a lanzar tres o más juegos basados en un mismo personaje, que de esos hay unos cuantos, sino a llegar a contar con una trilogía de marcado éxito y que además, sea adictiva y no se limite a explotar literalmente el filón de la primera parte. Este es sin duda el caso de la trilogía del Príncipe de Persia, o la trilogía de Las Arenas -como la llaman sus creadores-, cuyo ciclo concluye posiblemente con la mejor de las tres partes, Prince of Persia Las dos Coronas.
Acrobacias persas
Si por algo se ha caracterizado siempre Príncipe de Persia, es por su sistema de juego basado en las fluidas acrobacias del protagonista utilizadas como guía para resolver puzzles situacionales y combates cuerpo a cuerpo. A esto hay que sumarle un control ajustado, una progresión argumental, un nivel gráfico y de animación sobresaliente, y una gran ambientación que como no, se encuentra igualmente disponible en Las dos Coronas.
La verdad es que el modelo de juego no varía en absoluto respecto a las dos entregas anteriores. Bajo un desarrollo lineal perfectamente estructurado, seremos guiados por una atractiva historia narrada por Kaileena, que veremos como va cobrando forma según se desarrollan los niveles y que, casi sin darnos cuenta, da lugar a una gran aventura de acción con mucho sentido, repleta de saltos, carreras por las paredes, balanceos entre soportes, acrobacias varias y combates a puñal dignas de las mil y una noches. En esencia el patrón es el mismo, sólo que la inserción de nuevas mejoras, habilidades y mecánicas, han ayudado a perfeccionar el título y presentar un acabado impresionante en todos sus aspectos.
Dos príncipes, doble diversión
Al principio de forma involuntaria, pero luego totalmente bajo control, nuestro querido príncipe se transforma en una especie de demonio oscuro con nuevos poderes, movimientos y armas, que se complementa de maravilla con su otro Yo y aporta diversidad y riqueza al juego. Este príncipe oscuro es mucho más poderoso en combate y cuenta con una versátil cadena que puede usar para estrangular a los enemigos o colgarse en los escenarios, aunque su energía desciende muy rápidamente y nos obliga a una constante búsqueda de arenas del tiempo para restaurarla y poder seguir controlándolo.
Su otra personalidad, el Príncipe de la luz, como ya sabrás, dispone de un puñal que maneja con gran maestría como arma principal, aunque en Las Dos Coronas, el Príncipe puede igualmente hacer uso de otras armas de los enemigos como espadas, hachas, mazas o porras entre otras, que poco a poco se desgastan con el uso y que incluso pueden lanzarse.
Requisitos Mínimos
SO: Win 98 SE/2000/XP exclusivamente
DirectX: 9.0c
Procesador: Pentium III o AMD Athlon a 1000 MHz o equivalente
Memoria: 256 MB de RAM
Vídeo: NVIDIA GeForce 3 o superior, ATI Radeon 7500 o superior, Intel 915G
Sonido: Dispositivo de sonido compatible con DirectX 8.0
Espacio en disco: 1,5 GB de espacio en el disco duro para la instalación mínima
Requisitos Recomendados
SO: Win 2000/XP exclusivamente
DirectX: 9.0c
Procesador: Pentium 4 o AMD Athlon a 1,5 GHz o equivalente
Memoria: 256 MB de RAM
Vídeo: NVIDIA GeForce
3/4/5/FX/6/7 series (GeForce 4 MX no soportado) y familia ATI® Radeon™ 7500/8500/9000/X
Sonido: Dispositivo de sonido compatible con DirectX 8.0
Espacio en disco: 3,5 GB de espacio en el disco duro para la instalación completa
Capturas de Pantalla
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